Hace 2 años visité por última vez el puerto de Acapulco después de casi 18 años. Casi había olvidado el encanto único que tiene el Malecón y los primeros grandes hoteles pioneros de toda una industria turística en México. Acapulco en su época de esplendor era el centro turístico más visitado del mundo. En otras palabras Acapulco estaba en la cima y todos querían ser parte de ello. Sin embargo, hace dos años, noté que había perdido su brillo; el ambiente no era el mismo.
Recuerdo que visité algunos de los hoteles más importantes de la zona hotelera y como siempre el tema común eran los huracanes. Me sorprendió darme cuenta que el recuerdo de Paulina había quedado en el olvido y que el tema ya no era importante ni trascendente. ¡Claro! Era obvio. Acapulco tenía otras preocupaciones como los sismos, el desempleo, la falta de turismo ocasionado por la excesiva violencia, Entonces, ¿por qué habrían de tener una preocupación más con los huracanes? Nadie tenía en mente un huracán, nadie pensaba que algo así podría suceder, “La bahía nos protege” pensaban algunos. Otros simplemente decían “ aquí no pasa nada”. Los más preocupados decían: “Ponemos madera, con eso es suficiente”. Pareciera que en el fondo todos los mexicanos somos expertos en todo, tomamos las cosas con indiferencia o incluso incredulidad y pensamos que no necesitamos que alguien nos venga a decir lo que tenemos que hacer en situaciones de peligro.
Recuerdo que hice el mayor de los esfuerzos para transmitir nuestra preocupación por las temporadas de huracanes venideras sin encontrar una respuesta positiva.
Hace un par de días nuestras constantes advertencias se hicieron realidad. Otis, una tormenta tropical aparentemente inofensiva, se convirtió en el huracán más poderoso que haya tocado tierra en las costas del Pacífico mexicano. Así es, en menos de 12 horas y ante la mirada incrédula de aquellos “expertos” que decían que no sucedería nada, veían como vientos de más de 270 km/h y presiones por arriba de los 1000 psi ( Libras por pulgada²) demostraban el poder de la naturaleza.
Es increíble pensar que podemos defendernos ante tal magnitud de poder y destrucción, pero el hombre ha sabido adaptarse y convivir con la naturaleza desde hace miles de años. Esto lo ha llevado a descubrir formas más efectivas de protegerse con materiales más resistentes y que ayuden a disminuir de forma considerable los daños provocados con un huracán.
El caso de Otis quedará para la historia, pero también puede quedar en la historia como una tragedia que nos dió la enorme oportunidad de usar esos avances y proteger el lugar donde vivimos, trabajamos y generamos el ingreso que nos permite cumplir necesidades y sueños.
Si algo aprendimos, es que no podemos ser pasivos ante los cambios climáticos. Los huracanes seguirán amenazándonos y no podemos permitir que nuestros sueños se desmoronan en 12 horas. ¿Quiénes de ustedes, amigos hoteleros, darían lo que fuera por regresar el tiempo atrás y proteger lo que hoy está destruido? ¿Quiénes tuvieron en sus manos la posibilidad de decidir y no lo hicieron?
La indecisión, indiferencia e incredulidad de algunos, hoy ha dejado muertes, destrucción, colaboradores ejemplares sin fuentes de trabajo o turistas sin un lugar donde vacacionar. Esta misma indecisión ha afectado al patrimonio de otros tantos que generaban fuentes de empleo y hacían de Acapulco una atracción turística rentable. Es incalculable la pérdida consecuencial y tal vez de haber tomado conciencia a tiempo hoy estaríamos hablando de un escenario con toda seguridad más alentador.
Acapulco, te deseamos una pronta recuperación aunque sabemos que llevará tiempo. Deseamos que las personas que tomen las riendas de la reconstrucción lo hagan conscientes de que es URGENTE hacer lo necesario para garantizar la mayor seguridad y protección posible.
Se que soy un soñador, pero confío en que algún día podamos tener la madurez necesaria para establecer reglas que deban cumplirse en materia de seguridad y que demos ese paso que nos posicione como ejemplo a nivel mundial en materia de Prevención de Desastres.
