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Hurricane Solution

Huracán Otis: Falta de cultura de prevención contra huracanes, principal culpable de los daños. 

La Falta de cultura de prevención contra huracanes se hizo presente en Acapulco.

Últimamente hemos estado recibiendo bastantes mensajes en nuestras redes sociales, donde nos comentan “Ante un huracán de categoría 5 no se puede hacer nada” o “Si Otis hubiera impactado en Cancun el resultado hubiera sido el mismo” y nosotros como expertos en protección contra huracanes no creemos que esto sea cierto y les explicaremos el porqué en este blog.

“Ante un huracán de categoría 5 no se puede hacer nada”

Si bien es cierto que el poder destructivo de un huracán categoría 5 como Otis, que tocó tierra con vientos sostenidos de 270 kilómetros por hora, es difícil de contrarrestar, también es cierto que hay acciones concretas que se pudieron haber tomado para disminuir el número de afectados. Comencemos por la tardía o nula evacuación de personas que vivían en zonas propensas a deslizamientos de tierra. Es ampliamente conocido que Acapulco tiene colonias en áreas de alto riesgo para deslizamientos, tal como el huracán Paulina lo demostró en su momento. Ante un huracán categoría 5, es esencial esperar lo mejor pero prepararse para lo peor.

Materiales de Construcción de Baja Calidad en Zonas Vulnerables

Otro aspecto que nos llamó la atención son los materiales utilizados en la construcción de edificios que se encuentran a menos de 500 metros de la costa. Hemos observado innumerables videos donde las fachadas están hechas de tabla roca.

¿Cómo es posible que en una zona que año tras año está en riesgo de ser impactada por un huracán se utilicen materiales tan endebles? Claro, se hace en un intento de ahorrar algunos miles de pesos, pero como dice el refrán, “Lo barato sale caro”. Con estos estándares de construcción, incluso si se tiene el mejor sistema de protección anticiclónica, no servirá de nada, ya que los vientos arrasarán toda la estructura.

Las Palabras de un Experto en Arquitectura

El arquitecto Israel Vázquez mencionó lo siguiente en una entrevista con Infobae: “Entiendo la magnitud de este fenómeno, es evidente, pero también me sorprende el tipo de materiales, como paneles de tabla roca y cristales frágiles en las fachadas. Doy clases en la Facultad de Arquitectura y hablo con mis alumnos sobre la gran responsabilidad que conlleva la construcción de materiales en espacios con complicaciones naturales como sismos, huracanes o incluso tsunamis”.

El experto explicó que en términos de seguros, los que tienen construcciones baratas son más económicos. Esto plantea una cuestión ética: ¿cuánto desean acelerar la construcción en lugar de preservar la seguridad y la vida de sus huéspedes? Parte de esta situación se relaciona con el ego del arquitecto, que considera que su idea es la mejor, sin importar los posibles fenómenos meteorológicos o naturales de la región.

“Si Otis hubiera impactado en Cancún el resultado habría sido el mismo”

La verdad es que lo dudo mucho. Cancún y, en general, la Riviera Maya cuentan con una cultura de prevención de huracanes muy arraigada. Huracanes como Wilma nos han enseñado de la peor manera las consecuencias de no tomar en serio un huracán. ¿Por qué lo dudo? ¡He visto videos donde los huéspedes estaban en pleno huracán dentro de sus habitaciones! ¿Cómo es posible esto? Si dijeras: “El cuarto cuenta con un sistema de protección que hace que sea más seguro”, tendría sentido. Pero no, nada de eso. Los hoteleros deben recordar que su prioridad es cuidar a sus huéspedes.

En la Riviera Maya y Los Cabos, las autoridades casi obligan a los hoteleros a enviar a sus huéspedes a refugios anticiclónicos o muchos de los hoteles ya tienen espacios definidos previamente para resguardar a sus huéspedes hasta que el huracán haya pasado. Por ejemplo, el Fiesta Americana en Cozumel cuenta con lonas anticiclónicas que convierten un simple centro de convenciones en un lugar seguro contra huracanes certificado por Protección Civil.

El hotel Vidanta de Los Cabos después del paso del Huracán Norma

Además de estas medidas, la cultura de prevención no solo evita daños físicos a los edificios, sino que también previene daños económicos directos a la población. Por ejemplo, un hotel de 5 estrellas tiene aproximadamente 8 empleados por cada 10 habitaciones. Ahora, imagina que 5 hoteles de 5 estrellas quedaran destruidos, como fue el caso del Princess Imperial en Acapulco.

Eso significaría que alrededor de 4,000 personas se quedarían sin trabajo. ¿Y qué provoca el desempleo? El aumento de la delincuencia. En Acapulco, ya estamos viendo rapiñas y saqueos en distintos puntos de la ciudad.

Como expertos en protección contra huracanes, estamos comprometidos a brindar asesoramiento y soluciones efectivas para mejorar la infraestructura y la cultura de prevención en las áreas vulnerables a los huracanes. La tragedia causada por el Huracán Otis nos recuerda que la prevención y la preparación son esenciales para mitigar los daños en futuros desastres naturales. La falta de cultura de prevención contra huracanes debe abordarse de manera integral para proteger vidas y patrimonios en las comunidades costeras.

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