En 2015, el mundo se reunió en París para firmar el Acuerdo de París, un pacto histórico para limitar el calentamiento global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales. Sin embargo, los últimos siete años han demostrado que el cambio climático está avanzando a un ritmo alarmante.
En este blog, revisaremos los principales hallazgos de la investigación de la NOAA sobre el cambio climático desde 2017. Veremos cómo los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera han seguido aumentando, cómo los fenómenos climáticos extremos se han vuelto más frecuentes e intensos, y cómo el cambio climático está teniendo un impacto devastador en el planeta.
2015
París susurra esperanza. El mundo se une bajo el Acuerdo de París, apuntando a mantener el calentamiento por debajo de 1.5°C. En la NOAA, monitoreamos, estudiamos y somos testigos del cambio.
2017
Grietas en la Antártida, corales blanqueados, tormentas multimillonarias: una fuerte llamada de atención. Sin embargo, la esperanza parpadea: el mayor evento de blanqueamiento de corales termina.
2018
Año de revelaciones. Las alarmas sonaron con fuerza. 2017, uno de los tres años más calientes, confirmó la urgencia. El IPCC trazó la línea roja: 1.5°C, el límite para evitar un planeta irreconocible. Aún así, el océano sufrió un calor récord y 14 catástrofes millonarias azotaron distintos rincones. La CO2 subió a 407 ppm, un recordatorio persistente. ¿Reaccionaríamos a tiempo? La pregunta quedó colgando en el aire.
2019
Venecia, Italia, sufrió la peor inundación en 50 años, causando daños por millones. Estados Unidos también experimentó uno de los años más lluviosos jamás registrados, con fuertes lluvias e inundaciones. Además, la baja pluviometría récord en Australia contribuyó a incendios forestales catastróficos que causaron la pérdida de cinco millones de hectáreas, alarmando a los primeros auxilios y los científicos. Estados Unidos experimentaría 14 desastres climáticos y meteorológicos individuales de mil millones de dólares. Los niveles de CO2 este año fueron de 409 ppm.
2020
El 2020 fue un año de locos por muchas razones, y no parece haber dado tregua. Con la aparición del COVID-19, el mundo se vio obligado a considerar la conexión entre el cambio climático, las enfermedades zoonóticas y lo que este nexo significa para el futuro. Descubrimos que el 2019 fue el segundo año más caliente registrado para la superficie del planeta. Las temperaturas del océano en 2020 también experimentaron el mayor aumento anual registrado. Durante este tiempo, Estados Unidos también experimentó 22 desastres climáticos y meteorológicos individuales de mil millones de dólares. Los niveles de CO2 este año fueron de 412 ppm.
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2021
Los niveles de gas más altos jamás registrados. Un escalofriante recordatorio: ni siquiera las pandemias pueden detener la fiebre del planeta. La esperanza se enciende: los combustibles fósiles vinculados a millones de muertes impulsan un cambio hacia cielos más limpios.
2022
A mitad de camino de los tiempos preindustriales a la catástrofe climática. Las olas de calor marinas sofocan los océanos, las sequías resecan las tierras. Estados Unidos se tambalea con 18 desastres climáticos, contando el costo en vidas y dólares.
2023
El verano más caluroso de la historia. Los dados están echados: una probabilidad del 50% de superar los 1.5°C para 2030. Los océanos luchan, absorbiendo menos CO2, dejándolo para asfixiar la atmósfera. 25 desastres en Estados Unidos: un nuevo y sombrío récord.
7 años, 129 desastres, más de $1 billón perdidos, 1,936 vidas robadas. Sin embargo, la esperanza persiste. En cada laboratorio de un científico, en cada marcha de un activista, en cada elección de un ciudadano reside la posibilidad de reescribir el final. ¿Elegiremos la acción o nos rendiremos a la marea creciente?
