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Hurricane Solution

El Atlántico Norte se encuentra bajo la sombra de una posible temporada de huracanes 2024 extremadamente activa.

Las inusuales temperaturas del mar, que superan récords históricos, combinadas con la probable llegada de La Niña, generan un escenario preocupante para la región. Este artículo analiza en profundidad los factores que podrían convertir esta temporada en una de las más intensas de las últimas décadas, y ofrece recomendaciones para la preparación y prevención ante este posible escenario.

Temperaturas récord en el Atlántico Norte

Febrero de 2024 se ha convertido en el mes más cálido de los últimos 175 años, con temperaturas del aire y del océano que superan ampliamente la media del siglo XX. Esta tendencia al alza se observa con especial intensidad en el Ártico, donde la pérdida de hielo glacial acelera el calentamiento global, lo que a su vez intensifica las condiciones que favorecen la formación de tormentas tropicales.

Anomalías en el Atlántico Norte

Las aguas del Atlántico Norte presentan temperaturas anormalmente altas, especialmente en zonas clave para la formación de huracanes. La región principal para el desarrollo de estos fenómenos, ubicada al este de las Antillas Menores, registra un aumento de 0.6 °C en la temperatura superficial del mar, cifra que supera cualquier otro año registrado. Esto crea un ambiente propicio para la formación de ciclones tropicales intensos.

¿Temporada adelantada?

Los datos de temperatura marina sugieren que la temporada de huracanes 2024 podría comenzar antes de lo previsto. En una franja del océano donde se originan muchos ciclones, las temperaturas oceánicas en febrero son similares a las que cabría esperar en junio, un indicio preocupante de la actividad que se avecina.

Factores que intensifican la actividad

La Niña: Se pronostica su llegada para finales de verano o principios de otoño, lo que podría intensificar la actividad ciclónica en el Atlántico. La Niña genera patrones de viento favorables para la formación de tormentas y debilita la cizalladura del viento, un factor que suele inhibir su desarrollo.

Patrones de viento débiles: Se prevén vientos débiles sobre el Atlántico, lo que dificultará la evaporación y permitirá el enfriamiento del agua por transferencia de calor al aire. Esta situación crea un ambiente favorable para la formación de ciclones tropicales.

Precipitaciones superiores a lo normal: Se esperan precipitaciones superiores a la media en todo el Atlántico tropical durante la temporada de huracanes. Este factor, junto con las altas temperaturas del mar, proporciona el combustible necesario para alimentar la formación de tormentas intensas.

Debilitamiento de la cizalladura del viento: Se pronostica un debilitamiento de la cizalladura del viento a gran altitud, uno de los principales obstáculos para la formación y fortalecimiento de las tormentas. La combinación de este factor con las condiciones favorables del océano podría generar una temporada explosiva.

Conclusión

Las condiciones actuales generan gran preocupación por una temporada de huracanes 2024 extremadamente activa en el Atlántico Norte. La comunidad científica y las autoridades coinciden en la necesidad de tomar medidas urgentes para afrontar este desafío. La prevención y la preparación serán claves para minimizar los impactos de esta temporada y proteger a las comunidades costeras.

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