El Océano Atlántico hierve con récords en su temperatura, pero una pregunta persiste en la mente de muchos: ¿Dónde están los huracanes? Esta desconcertante incógnita se cierne sobre una temporada que comparte sorprendentes similitudes con el histórico año 2005, cuando la furia de los huracanes Katrina, Rita y Wilma se desató. Vamos a explorar qué está sucediendo en las profundidades del Atlántico y si las lecciones del pasado pueden arrojar luz sobre el presente.
Un Julio caliente y misteriosamente tranquilo
Julio cerró con una ola de calor en el Atlántico, generando temperaturas superficiales excepcionalmente altas. En la “región principal de desarrollo”, donde normalmente se forjan los huracanes más intensos, la temperatura promedio del mar alcanzó los 28°C, un grado por encima de cualquier julio previo. Pero la pregunta persiste: ¿por qué la actividad de huracanes en julio fue notoriamente escasa? Solo una tormenta con nombre, Don, apareció en el horizonte y su impacto fue mínimo.
El Paralelismo con el Año 2005
Un eco del pasado resuena en la temporada actual. El año 2005 se distinguió por su devastadora serie de huracanes, incluidos los notorios Katrina, Rita y Wilma. En aquella temporada, las altas temperaturas marinas también se alinearon con un incremento en la actividad de huracanes. Este patrón se refleja sorprendente mente en 2023, generando especulación sobre si podríamos estar ante una repetición de la historia.
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Los Factores Determinantes: Cizalladura del viento y cambio climático.
Mientras que las temperaturas del mar pintan un cuadro similar al 2005, otros factores entran en juego. La cizalladura del viento, medida por la variabilidad en velocidad y dirección, puede influir en la formación de tormentas. En este sentido, junio y julio mostraron altos niveles de cizalladura en ciertas áreas del Atlántico, lo que podría haber limitado la actividad.
El Fenómeno El Niño: Una Variable Decisiva
El impacto de El Niño, caracterizado por fluctuaciones en las temperaturas oceánicas, no puede ser ignorado. Si bien la temporada 2023 se encuentra en el contexto de un año de El Niño, los vientos en la atmósfera sobre el Atlántico han sido intensos, lo que tiende a inhibir la formación de tormentas. No obstante, algunos modelos sugieren que esta cizalladura podría relajarse hacia finales de agosto, lo que podría alterar drásticamente la dinámica.
Mirando Hacia Adelante: El Potencial de la Temporada
La incertidumbre persiste a medida que entramos en los meses críticos de la temporada. La comparación con el histórico año 2005 añade un aire de expectación. Aunque los huracanes no han sido una presencia significativa hasta ahora, el paralelismo con el 2005 invoca a la cautela. Los residentes de las zonas costeras deben permanecer vigilantes y preparados ante cualquier eventualidad. La historia del Atlántico está escribiéndose una vez más, y la similitud con el pasado agrega un nivel adicional de intriga.
En Resumen: Un Guiño al Pasado, Una Mirada al Futuro
La temporada de huracanes en el Atlántico nos ha llevado a un viaje en el tiempo, evocando el recordado 2005. Mientras las altas temperaturas marinas señalan un potencial similar, factores como la cizalladura del viento y el fenómeno El Niño están dando forma a la temporada actual. Aunque el espectro del 2005 añade interés, solo el tiempo revelará si esta temporada emulará su intensidad. En última instancia, la pregunta “¿Dónde están los huracanes?” aguarda una respuesta, y la historia del Atlántico continúa desplegándose con sus intrigas climáticas.
Fuente: Eric Berger
