Descubre porqué lo más común NO es lo mejor en la actualidad.

Una gran cantidad de las cortinas anticiclónicas más comunes están hechas de un material llamado “Aleación de aluminio con magnesio” (AA-5052). Este material es y era el más común gracias a su capacidad de evitar la corrosión en comparación con otras opciones., hay que recalcar que eso era ANTES, actualmente ese material aunque sea más barato ya no se encuentra entre las más seguras y resistentes. Gracias a la innovación constante y a nuevas patentes, hay mejores opciones que no cuentan con las debilidades y peligros de tener una cortina anticiclónica de aluminio.
A pesar de que el aluminio AA 5052 se considera una aleación resistente a la corrosión, su desempeño en ambientes salinos severos – como los que se presentan en tormentas tropicales y huracanes – no es óptimo sin tratamientos adicionales. De acuerdo con un informe de Materials Performance Journal (2022), “la exposición prolongada del AA 5052 a ambientes clorurados provoca picaduras y reducción de espesor, afectando su integridad estructural” (enlace al artículo).
.¿Qué opciones podemos usar en tal caso?

Frente a las limitaciones del aluminio AA 5052 en ambientes altamente corrosivos, las soluciones más avanzadas hoy en día están fabricadas con materiales compuestos diseñados específicamente para resistir condiciones extremas.
Entre los más destacados se encuentran el nylon balístico, el polipropileno de alta densidad (HDPE) y el poliéster con refuerzo de aramida, que ofrecen beneficios significativos en aplicaciones anticiclónicas:
- Flexibilidad estructural: estos materiales absorben impactos sin deformarse permanentemente, a diferencia del metal.
- Resistencia a la tracción: especialmente en combinaciones con fibras de aramida, permiten soportar fuerzas de viento extremas sin romperse.
- Estabilidad frente a la humedad y salinidad: a diferencia del aluminio, no se oxidan ni presentan corrosión superficial bajo exposición prolongada a ambientes marinos.
- Costuras perimetrales reforzadas: contribuyen a una mejor distribución de la tensión y reducen puntos de fallo en condiciones de alta presión de viento.
Gracias a estas características, las cortinas anticiclónicas fabricadas con estos materiales cumplen con estrictas normativas internacionales como la FBC TAS 201/202/203 o la ASTM E1886 / E1996, convirtiéndose en una opción más segura, duradera y eficaz frente a fenómenos como tormentas tropicales y huracanes.
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