
En la Riviera Maya, las historias de éxito con protección anticiclónica no son teoría: son el día a día de propietarios que han visto cómo las mallas anticiclónicas y hurricane protection screens marcaron la diferencia durante huracanes categoría 4 y 5. Aquí te comparto algunos casos reales que demuestran el impacto de estas soluciones.
En Playa del Carmen, un condominio frente al mar enfrentó un huracán categoría 4 sin que una sola ventana se rompiera. ¿La clave? Un sistema profesional de cortinas anticiclónicas combinado con clips categoría 5 y anclajes de acero inoxidable. Mientras edificios cercanos sufrieron filtraciones y vidrios estrellados, este condominio solo necesitó limpieza posterior.
En Tulum, una casa vacacional protegida con mallas anticiclónicas evitó daños mayores cuando ramas, piedras y fragmentos de techos vecinos golpearon la fachada. Los propietarios —que viven fuera de México— revisaron las cámaras al siguiente día y encontraron la casa completamente intacta.
En Cancún, un restaurante en la zona hotelera instaló un sistema GRID anticiclónico para proteger su ventanal principal de 8 metros. Durante la tormenta, varios locales cercanos perdieron cristales y mobiliario, pero el sistema GRID se mantuvo firme. Gracias a esto, el restaurante pudo reabrir días antes que su competencia.
Estos casos muestran un patrón claro:
La protección anticiclónica no es un lujo; es una inversión que ahorra cientos de miles de pesos.
Sin mallas anticiclónicas, estas propiedades habrían sufrido daños estructurales, pérdida de mobiliario, filtraciones internas y cierres prolongados. Con ellas, enfrentaron la tormenta con seguridad y regresaron a la normalidad rápidamente.
